9 de abril de 2011

Un lenguaje para convencer



Me comentasteis que la incomprensible carta, que había mandado una magistrada de primera instancia a un ciudadano, indicaba que en la justicia sucedía lo mismo que en la sanidad, donde los médicos emplean términos de difícil comprensión para los ciudadanos.


Estoy de acuerdo, pero sólo en parte.


Los médicos cuando necesitan que sus pacientes tengan una determinada actitud explican con claridad lo que se espera de ellos. Por ejemplo, si una persona tiene que hacer una dieta blanca, los médicos o los enfermeros explican lo que puede y lo que no puede comer, o si, por ejemplo, tiene que someterse a una determinada operación también los servicios médicos le explican en qué consiste el ayuno previo. Es lógico. De no ser así las consecuencias podrían ser fatales.


Por eso, en mi criterio el problema en la justicia es mucho más grave.


Acabo de leer un artículo interesantísimo en la revista digital Signos. Allí Estrella Montolío y Anna López Samaniego, de la universidad de Barcelona, analizan con detalle la evolución que esta en marcha en el mundo para conseguir la simplificación del lenguaje judicial. Empezaron los americanos en1993 con el “ Plain Language Movement” que definía sus objetivos como el esfuerzo para eliminar la innecesaria complejidad del lenguaje , en el gobierno, la justicia o los negocios.



Plain Language Association International (PLAIN) was formed in 1993 as the Plain Language Network. Its membership is international; it was incorporated as a non-profit organization in Canada in 2008.


Clarity is an international association promoting plain legal language. The organization publishes a journal.


· The Plain Language Information and Action Network (also known as PLAIN) is a group of volunteer US federal employees working to improve communications from the federal government to the public.


· The Center for Plain Language is a US-based nonprofit organization promoting the use of plain language in the public and private sectors] The organization hosts annual symposiums in Washington DC.] The Center also gives ClearMark Awards to outstanding examples of clear communication, and WonderMark awards to examples of truly bad communication.]




Como veis, la clarificación y la simplificación del lenguaje de los poderosos no es fácil. Es muy sugerente el que sea un movimiento de la sociedad civil el que reivindique el derecho de los ciudadanos a no dejarse envolver en el lenguaje críptico del poder, y que sea en el mundo anglosajón donde este movimiento más se ha extendido.


Por lo que yo se, la crítica ciudadana era constante. No hay más que acordarse del famoso diálogo de los hermanos Marx “de la parte contratante”.






En un librito humorístico que compre ,en 1995 en Estados unidos “Lawyers and other reptiles”( aviso: el termino lawyers no debemos traducirlo como el de abogados, sino como el mas amplio de juristas) se dan a los nuevos juristas los siguientes consejos :” no te preocupes si tu jerga juridica es incomprensible, eso indica tu natural predisposición para las profesiones jurídicas ( Don’t worry if your legal mumboyumbo phrase doesn’t make any sense- it just means you have a natural flair for the legal profesion) 


William Lutz, un lingüista americano experto en el uso sencillo y claro del lenguaje ha dicho que el " lenguaje es poder” y que “ El lenguaje de los juristas , de los políticos y de los intelectuales pretende hacernos sentir inferiores”


Por eso, porque un lenguaje jurídico sencillo y claro apodera a los ciudadanos se consiguió incluir este derecho en la “Carta de los derechos de los ciudadanos ante la justicia ” pero, como he dicho ya en otras ocasiones la carta no se respeta. Recuerdo que la única entrada que encontré sobre la Carta, en Facebook, fue el sonoro ja ja ja.


Ojala pudiéramos constituir un movimiento del tenor del EEUU que reivindica este aspecto de la democratización del poder.






El lenguaje judicial por definición pretende obtener un comportamiento en el ciudadano al que se le dirige.






La esencia de la justicia implica que el juez da órdenes. Ordenes de hacer o de no hacer, de dar o devolver. De ahí que sea tan importante el que la persona que reciba esas órdenes comprenda con claridad lo que tiene que hacer y lo que es aún más importante el porque de esas órdenes.


La Constitución Española impuso la obligación a los jueces y magistrados de razonar, es decir de explicar, (entre nosotros decimos “de motivar”) el porque de nuestras órdenes. Pero , si las explicaciones son trozos de poco comprensibles “corta y pega”( argumentaciones jurídicas que se empelan en uno u otro procedimiento, a modo de comodín) ¿ para que nos sirven?. 






Pero además, para que exista una correcta comunicación entre los jueces y los ciudadanos es necesario que la justicia utilice, en su trato con los ciudadanos formas respetuosas.


Una muy amiga mía, abogada, cuando leyó la propuesta de carta que colgué en la anterior entrada me dijo:” me parece que te pasas, no es necesario que el juez pida por favor lo que tiene derecho a exigir”.


Le contesté que no estoy de acuerdo. Utilizar la buena educación es imprescindible.






Esto es un tema importante. He rebuscado entre los diversos manuales que existen en la administración General del Estado ,sobre como la administración debe comunicarse con los ciudadanos. He leído , también el especifico que publicó la Generalidad de Cataluña, hace algunos años , sobre el uso del lenguaje judicial. En ninguno encuentro reflexión alguna sobre la obligación de las autoridades de utilizar “la buena educación” cuando se dirigen a los ciudadanos.






Hoy día en pleno siglo XXI, no parece que haya ninguna razón para qué las autoridades no empleen la más exquisita educación cuando se dirigen a los ciudadanos para ordenarles, precisamente una u otra conducta.


Comportarnos con buena educación, es un elemento decisivo para establecer empatía.


Sabemos de sobra que ese maravilloso canal de comunicación, por el que un ser humano se reconoce en el otro, se abre con más facilidad si nuestros gestos y nuestras palabras expresan precisamente esa empatía.






El libro de la profesora californiana Lynn Hunt, “La invención de los derechos humanos” nos aporta material importante para comprender hasta que punto el sentimiento de la justicia tiene que ver con el incremento de la empatia. 


Pedir algo con una sonrisa, con un gesto afable y con la más exquisita educación es sin duda una aceptación del otro, como sujeto de respeto, indicativo del reconocimiento que cualquier autoridad debe expresar al ciudadano al que se dirige.










Cuando, como jueza de vigilancia penitenciaria, visitaba las prisiones, siempre antes de entrar en una celda, pedía permiso a los presos que estaban allí y me dirigía a ellos dándoles la mano, saludándoles como hubiera podido saludar a cualquier otra persona.


Una vez, una presa, que pertenecía a la ETA me dejo colgando la mano y me dijo, eso sí muy educadamente, que ella no podía dar la mano a los enemigos de Euskadi.






Renunciar a establecer empatía con quien juzgamos es limitar nuestra capacidad de percepción y reducir, por tanto, no solo nuestra posibilidad de acierto, sino también nuestra capacidad de explicar y convencer.


Se acaba de publicar un libro apasionante que para mi es un exponente de la mejor sociología jurídica que conozco. Se trata de la tercera encuesta realizada por el equipo de Juan Carlos Ríos, Pedro J. Cabrera, Julián C .Ríos y José Luis Segovia, entre los presos españoles. El titulo es “Andar 1KM en línea recta” La cárcel del siglo XXI que vive el preso.”






No puedo dejar de decir ahora que, esa encuesta no se hubiera podido realizar, con facilidad sin la colaboración de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias.


Hace años quien entonces era Director General de Instituciones Penitenciarias Antoni Asunción prohibió la realización de la que hubiera sido la primera encuesta a los presos españoles. 































Fue durante mi época de Juez de Vigilancia Penitenciaria y durante un curso que compatibilicé como profesora de una cátedra de derecho penal de la Complutense. Todavía conservo la carta que me envío Antoní Asunción. 


Decía que nunca se podría hacer una encuesta a los presos porque por su situación les incapacitaba para ser objetivos.






¡ qué barbaridad y que desconocimiento de lo que es una encuesta, y sobre todo de lo que es la población penitenciaria!






En las anteriores encuestas que han publicado estos autores, los presos valoran muy positivamente algunos aspectos trascendentales de la prisión como es el de las características de las instalaciones.


Este último estudio nos ofrece datos trascendentales de la vida de los presos y también, lo que para mí es todavía más importante, sus sentimientos en relación con el delito cometido y las víctimas causadas.


Aún que no es un objetivo específico de la encuesta, se deduce de las respuestas anónimas de todos los intervinientes, que prácticamente más del 90% de los presos entrevistados reconocen haber cometido el delito por el que están cumpliendo condena.






En mi opinión, este dato tiene una grandísima trascendencia. Desgraciadamente, el Consejo General del Poder Judicial jamás ha realizado una actividad sistemática de sociología jurídica. Salvo en el caso puntual del llamado observatorio de la violencia del género, el Consejo General del Poder Judicial, a pesar de tener a su disposición prácticamente todas las sentencias que se dictan en España por todos los juzgados y tribunales no las estudia ni las analiza, con lo cual se pierde una información preciosa y absolutamente necesaria. 






Cuando redactamos las sentencias, ¿pretendemos convencer? ¿Argumentamos queriendo convencer a quien condenamos? Si el 90% de las personas presas han cometido el delito por el que les condenamos, ¿porque se recurren tantas sentencias? ¿Es que no somos convincentes? ¿Leen las personas condenadas las sentencias que les imponemos o son sus abogados los que las leen? 






Tenemos frente a nosotros un reto importante: el trato educado y respetuoso en la comunicación y la claridad y concisión de nuestras decisiones.






Quizás venga bien leer esta bonita poesía de Ernesto Cardenal. La vi hace unos meses, en el metro de Madrid que mantiene una preciosa campaña de” Libros a la calle”.Están pegados en las paredes de los vagones textos de diversos autores, los que puedes volver a leer abriendo la página correspondiente de Internet. Además y , por si alguien no lo sabe, en algunas estaciones del metro de Madrid hay bibliotecas públicas. Son muy bonitas y supongo que funcionan bien, siempre veo gente recogiendo y devolviendo libros.


3 comentarios:

Alba Taboada dijo...

Buenos días, Manuela. Llego a tu blog graciasa la revista Harper's Bazzar, en la que he leído tu entrevista con sorpresa porque hace no mucho yo estuve contigo en un juicio (yo como Abogada del Estado, que es lo que soy). Me llamó mucho la atención tu cuidado en hacer comprensible a los acusados qué era lo que se estaba haciendo allí y en qué consistían todos y cada uno de los pasos que se iban dando en el proceso.

Leo también que te encanta la bicicleta. Yo me acabo de hacer con una y estoy encantada. Voy a la Abogacía con ella y el jueves pasado estuve en la concentración de Bicicritica por Madrid. Quizás nos veamos en alguna, si tú también eres asidua.

En fin, solo quería saludarte y decirte que ha sido una alegría y un descubrimiento conocer todas las facetas tuyas que se muestran en la entrevista. Te seguiré.
Un abrazo. Alba.

Carlos Gómez dijo...

La idea de coordinar los lanzamientos con los servicios sociales me parece estupenda. Ese es el juez "Hermes" de Ost, que trabaja en red, conectado con su entorno, y no en la torre de marfil de una mal entendida independencia judicial.

Anónimo dijo...

Le doy las gracias, Doña Manuela, por su labor durante todos estos años, le feclicito por su blog como un instrumento de opinión en tono de "crítica constructiva" que a la vez abre un diálogo con el lector,demostrando que la justicia no es ajena al ciudadano,rompiendo con la tan usual imagen del Juez severo e implacable y transmitiendo además sus conocimientos e impresiones acerca de la realidad judicial y extrajudicial, intercalando tales con "pinceladas culturales" tales como poemas, recomendaciones bibliográficas, pinturas,etc. (Por cierto, precioso el poema de los desahucios de Nicolás Guillén)

Sin duda, Usted es uno de los baluartes del Estado democrático y la justicia garantista.
Veo que no deja de luchar por un mundo mejor,incluso fuera de los Tribunales.
Continuaremos leyéndola en esta ventana.Ya aprendimos leyendo de sus Sentencias.

Una Abogada de a pie de calle.